La instructora de yoga Hadali Borjas comentó que la queja se ha convertido en un hábito común en muchas personas, quienes encuentran motivos para inconformarse con el clima, el trabajo, el tráfico o la comida. Señaló que este estilo de vida genera un estado de ánimo negativo, ya que, al enfocarse únicamente en lo malo, las personas se mantienen irritadas, tristes o enojadas. Explicó que los llamados "quejumbrosos" suelen responder con un "sí, pero..." ante cualquier intento de mostrarles la parte positiva de una situación. Esto, dijo, provoca que su compañía resulte agotadora y que quienes los rodean terminen por alejarse, creando ambientes incómodos y poco saludables para la convivencia. Sin embargo, la instructora aclaró que quienes se quejan constantemente no lo hacen con la intención de amargar la vida de otros, sino porque están atrapados en un bucle negativo del que no saben salir. Subrayó que detrás de cada queja hay una persona que sufre y que no ha aprendido a manejar la frustración de manera diferente. Hadali Borjas invitó a reflexionar sobre la importancia de no quedarse estancados en la queja. "Elige ser de los que actúan, de los que aceptan lo que no pueden cambiar y buscan adaptarse para disfrutar del camino", expresó.